Cinco Desafíos Para Lograr Que Los Preadolescentes Usen, Permanezcan y Lleven Abrochados Sus Cinturones De Seguridad
1. Conductores Incumplidores
Cuando los padres y cuidadores no se abrochan el cinturón de seguridad, es mucho menos probable que los niños usen sus cinturones de seguridad.
2. La Distracción
Los niños que se concentran en los dispositivos electrónicos, en comer, leer o hacer otras cosas después de subirse a un vehículo están preocupados por algo que no es la seguridad con los cinturones. Los hábitos pueden olvidarse o descuidarse fácilmente cuanto los niños se concentran en otra cosa.
3. La Incomodidad
A veces, los niños se ponen el cinturón detrás de la espalda o debajo de los brazos, quejándose de que el cinturón es incómodo. Esto podría deberse a que han sido movidos prematuramente de un asiento elevado “booster” a un cinturón de seguridad, y el cinturón no se ajusta correctamente. Asegúrate de que tu niño esté correctamente colocado en su cinturón de seguridad y considera la posibilidad de que tu niño todavía necesita usar un asiento elevado “booster”. Averigua cuando tu niño está listo para un cinturón de seguridad.
4. Viajes Cortos y Velocidades Más Lentas
Los niños a veces se niegan a usar cinturones de seguridad cuando asocian viajes cortos o velocidades más lentas con un riesgo reducido para su seguridad—una mala interpretación común. Los viajes rutinarios pueden ser engañosamente peligrosos. De hecho, la mayoría de los choques fatales ocurren dentro de 25 millas de casa y a velocidades de menos de 40 millas por hora.
5. La Noche
La noche les da a los niños una sensación de anonimato en el asiento trasero; después de todo, es más difícil para los conductores ver si sus niños están abrochados. Especialmente en los viajes largos, los niños pueden desabrocharse los cinturones o ponerlos detrás de la espalda si quieren dormir.